Hace poco leí en una revista que todos tenemos
un clon en alguna parte del mundo. Obviamente ese “clon” no es tal, sino otra
persona muy parecida físicamente a cada uno de nosotros, tanto así que
parecemos dos gotas de agua. La razón es netamente probabilística dada la
población mundial. Para quienes no tenemos hermanos gemelos idénticos eso sería
una gran novedad, el que vayas caminando un día por la calle y de súbito te
encuentres con alguien con características físicas sorprendentemente similares
a las tuyas. A mí nunca me ha sucedido, y estoy seguro que a muchos de Uds.
tampoco; por lo que pongo en el cesto de los mitos esa idea. Aún así, me he
preguntado ¿cómo sería mi reacción si me lo encontrara repentinamente de frente?
Hay una extraña fascinación en ello que algún día descubriré, aunque pienso que
tiene mucho que ver con algo de vanidad.
Hablar de clonación abarca distintos ámbitos,
pero antes es importante recordar su definición. “Clonación: hacer clones; Clon:
conjunto de células u organismos genéticamente idénticos, originado por
reproducción asexual a partir de una única célula u organismo o por división
artificial de estados embrionarios iniciales” (RAE). Es así como la clonación es aplicable a prácticamente
todos los seres vivos o no, tanto del reino vegetal como animal. Dentro de este
último se han realizado experimentos con cierto éxito al manipular
genéticamente embriones para reproducir animales en peligro de extinción, lo
mismo se piensa hacer con animales ya extintos. Algunos experimentos de
clonación se han paseado por la replicación de tejidos humanos a partir de
células madre, hasta finalmente llegar a la posibilidad de clonar a un ser
humano completo. Y no se trata de ciencia ficción, ya se han realizado
investigaciones al respecto, y aunque se ha avanzado mucho no se ha
perfeccionado esta técnica aún, ni siquiera en animales. Pero es el mismo
hombre, en nombre de la ética, quien ha decidido no seguir adelante con este
desarrollo.
El detalle con la intervención de la ética y
la moral en este asunto es que no siempre está libre de prejuicios dogmáticos,
y como ya se sabe que la religión y la ciencia van por caminos opuestos es obvio
que los líderes religiosos quieran meter sus narices en ello. Para algunos la
clonación significa retar a la naturaleza, otros aseveran que el hombre estaría
“jugando a ser dios”, por lo tanto se considera una aberración ponerse a nivel
del “creador”, ya que sólo éste es capaz de dar y quitar vida. Pero, si dios
concibió al ser humano con la inteligencia necesaria para generar vida y crear
duplicados de él mismo ¿por qué habría de limitarle su capacidad creadora si
esta forma parte de la creación de ese mismo dios?
Evidentemente, la argumentación anterior
carece de toda base científica, inclusive ética, ya que es indudable que el
hombre está dotado para crear vida por distintos medios, con o sin el
consentimiento de dios. Pero no todos los argumentos en contra de la clonación
humana se basan en esas irracionales posiciones, sino que tocan aspectos más
filosóficos y realistas, tales como: ¿qué ganaría la humanidad creando clones
de otros seres humanos?, ¿estaría en peligro la reproducción tradicional por el
advenimiento de estas técnicas de perfeccionamiento humano?, y desde un punto
de vista hedonista ¿qué tipo de necesidad personal satisfaría teniendo un clon
de mí mismo? Supongamos que el hombre lograra desarrollar un clon humano, ¿qué
pasaría con la sustancia espiritual e inmortal de ese clon?, ¿tendría alma y pensamientos
propios? Particularmente pienso que un clon tendría vida propia y desarrollaría
sus propias creencias, ya que tendría que convivir en el mundo desde su niñez,
al menos que se le mantenga fuera del alcance de la sociedad y del contacto con
otras personas. Por otra parte, dudo que la clonación humana conlleve a tener
una mente única comandando dos cuerpos, eso sería realmente absurdo. Pero si se
creara un cuerpo idénticamente a otro a través de la clonación éste también debería
tener alma propia. La otra posibilidad es que no tenga alma alguna y se
convierta en un ser totalmente inanimado pero con todas sus funciones
corporales en perfecto estado. Esto último queda descartado, ya que la
clonación en animales demostró que es posible generar vida animada ¿Es tan soberbio
el ser humano al considerar que la existencia del alma le es exclusiva? Si el
alma es la esencia que permite la vida, ¿por qué se le atribuye sólo a los
seres vivos con inteligencia superior? La verdad me cuesta creer que mi adorada
perrita no tenga alma.
El avance de la ciencia va de la mano con la
evolución del hombre, si detuviéramos ese avance ¿estaríamos coartando nuestra
misma evolución? Tampoco se puede obviar que ese desarrollo evolutivo puede
devenir en la misma autodestrucción si no se canaliza correctamente, de ello
hay infinidad de evidencias con que demostrarlo. Entonces, ¿será que la
autodestrucción forma parte de la evolución humana? En la medida que
evolucionamos vamos descubriendo nuestra infinita capacidad de creación, así
como de destrucción. Imaginemos un mundo futuro donde a ciertos humanos al
nacer se le creen clones “mejorados” de ellos mismos que crezcan a la par pero
confinados a un laboratorio, y que estos sean los donantes en vida de los
órganos que eventualmente necesitaran estos humanos. Suena atroz y retorcido ¿cierto?,
pero creo que es posible llegar a tal demostración de perverso egocentrismo.
Sin ir muy lejos, actualmente existen los bancos de células madre, las cuales
son tomadas de la placenta de la mujer al momento de nacer un niño con el fin
de que puedan ser utilizadas en caso de alguna enfermedad o mal formación ¿podrá
ser este el comienzo de una casta de superhumanos? Y si estas técnicas de
clonación humana cayeran en manos de neonazis ¿dudarían ellos en algún momento
reproducir a su gran líder? Aquí quedaría la duda si ese ser clonado tendría el
mismo índice de maldad. También habrán quienes vean con cierto atractivo y
beneplácito poder generar un clon de Marilyn Monroe, María Callas, Albert
Einstein, Juan Pablo II, Walt Disney, etc.…
¿Es reproducible
el talento o la inteligencia con la clonación? O más cuestionable aún, los
padres que hayan perdido a un hijo, de tener a disposición estas técnicas ¿la
utilizarían para obtener una copia idéntica de su ser querido fallecido
injustamente? Como dijo alguien en una oportunidad “nada de lo humano me es
ajeno”, así que todas estas posibilidades son reales y sólo son concebibles
dentro de la verdad de lo correcto y ético de cada quien.
Entonces, ¿dejamos que el hombre siga utilizando
la ciencia para experimentar con su capacidad creadora?, ¿quiénes somos para
limitar nuestra propia capacidad de crear? De poner límites ¿quiénes se los
pondrían?, ¿sacrificaríamos la posibilidad de encontrar la cura a tantas
enfermedades por imponer esos límites “morales”?, ¿será el hombre capaz de
comercializar su propio ADN para replicarse a sí mismo por simple vanidad?, ¿estaríamos
fomentando la discriminación al desarrollar “copias” de seres humanos
perfeccionados? ¿Y si en un futuro no muy lejano estos clones, dotados con
inteligencia y funciones potenciadas, lograran sublevar al resto de los hombres
poniendo en riesgo nuestra propia existencia?, ¿hasta donde llegará el ingenio
humano?.
Pienso que pasará mucho tiempo hasta que lleguemos
a un consenso sobre todos estos aspectos que hacen de la clonación humana un
tema tan controversial. Pero mientras el hombre se debate entre esas
interrogantes yo espero encontrarme algún día con mi clon natural y así
satisfacer mi curiosidad, quizá mi doble esté en otro continente, hable otro
idioma y no sea tan fácil que podamos entablar una conversación. Probablemente
descubra en él similitudes más allá de las físicas, así como las puedo tener
con personas con las que no tengo ningún parecido físico. También me da
curiosidad conocer como hubiese reaccionado la oveja que dio origen a Dolly al
encontrarse de frente con su clon, sabiendo que ésta era toda una celebridad, ¿Le habría dicho “Hello, Dolly!” en su lenguaje ovino? Pero de algo estoy seguro, antes
de morir dejaré instrucciones precisas para que no se permita una posible
clonación de mí, ya bastante tengo con este cuerpo imperfecto en vida como para
considerar replicarlo, así sea mejorado.
Escrito por: Rafael Baralt